Tepic, Nay.- Bailar es un placer, y para las y los jóvenes del Ballet Folklórico de la Fundación Down ese gusto lo viven a diario y es mayor cuando suben al escenario; bailar les ha dado la posibilidad de mostrarle al mundo que no hay diferencia alguna cuando los mueve el corazón y la disciplina.
El ballet tiene doble finalidad: contribuir a la formación de los y las jóvenes a la vez que sensibilizar a la sociedad “para que se les respete como tales; todavía está aquel comentario que nos hiere sobre todo a los padres de chicos down al llamarlos “mongolitos” cuando en ocasiones son tan o más capaces que muchas personas.”
El proyecto inicia hace cuatro años gracias a un grupo de padres con niños de educación especial egresados de la primaria, querían que sus hijos aprendieran algo útil “y se nos ocurrió el ballet porque ellos son muy buenos para bailar” comenta Eustolia “Toya” Carrillo Torres presidenta de Fundación Down de Nayarit, desde hace diez años.
“Ahí vemos cómo se han estado desarrollando, han adquirido mucha seguridad en ellos mismos y por eso queremos que siga el ballet, para que se superen y en lo futuro sirva a otras personas”, agrega Rosaura Ruelas Nuño, presidenta de la mesa directiva del ballet floklórico.
Actualmente son 15 integrantes, entre los 15 y 25 años; acuden diariamente a sus clases de baile, dos horas, y por si fuera poco toman clases complementarias. Se han presentado en los 20 municpios del estado y en ciudades como Salamanca, Guadalajara, Guanajuato, Celaya, Vallarta y San Juan de los Lagos, Jalisco.
Desde hace tres años se presentan con bastante éxito en foros de la Feria de la Mexicanidad y en la Emisión Bicentenaro de este 2010 tendrán una actuación especial. Su gusto por bailar lo manifiestan actuando lo mismo ante jubilados y pensionados que en alguna celebración religiosa, inclusive alternado con el Ballet Mexcaltitan, como ya lo hicieron en el pasado.
“Su vida es el ballet, se entregan al cien por ciento y no se enteran de dinero, cuotas o vestuarios, lo único que quieren es bailar, por eso mismo los padres de familia nos organizamos y nos entregamos al cien por ciento” comenta la presidenta de la Fundación Down de Nayarit.
En retribución a su esfuerzo, siempre hay alguien con buena voluntad por financiar algunos gastos, siempre por cooperación, “igual ellos - las personas down- se merecen los miles, pero no somos exigentes, nos conformamos con lo que salga del corazón de la gente y nos quiera dar” expresa la señora Toya Carrillo con muestras de agradecimiento.
Actualmente, los logros obtenidos por la fundación y el ballet, hacen pensar a las madres y padres en la posibilidad de ampliar el proyecto con un segundo grupo de bailarines que también reciba los beneficios “queremos trabajar con muchos más padres de familia” comenta Toya, ahora que se acerca la fecha de estrenar instalaciones en el boulevard Tepic-Xalisco que aunque prestadas es de buena fe.
–Con los dineros ¿Cómo le va señora, le toca sufrir? -- Siempre nos toca sufrir bastante. Es María Rosario Gutiérrez, tesorera del ballet quien responde.
Rosario es quien se carga de administrar el escaso dinero destinado a la compra de telas, pago de costureras “cuando no tenemos dinero los papás somos los que compramos el vestuario”.
Para darse una idea, un traje para una presentación especial puede costar mil pesos, aunque hay ocasiones en las que sólo en accesorios, listones o complementos del vestuario se lleven entre 1,500 o dos mil pesos.
–Lo que pasa es que somos mamás muy comprometidas y muy “voladas” (orgullosas). Siempre queremos lo mejor para nuestros hijos, por eso nos sale caro, comenta Rosaura Ruelas Nuño, presidenta de la mesa directiva del ballet floklórico .
–Es un vestuario profesional, no crea que es la clásica faldita –añade Rosario Rosales, bicepresidenta del ballet.
Como en todo, aunque les gusta mucho, hay días que llegan desanimados o sin ganas de participar; sus maestros lo entienden y dejan que se aparten del grupo; lo contrario sucede con los más bailadores o los que llegan a destacar en el escenario “el espíritu de competitividad se les despierta” añade Toya Carrillo “hemos ido descubriendo grandes talentos –y agrega– Katy y Rubén han tenido participaciones relevantes; Erick, el hijo de Chayito, también tiene una participación relevante cuando baila con una chica de Huaristemba.
–Para nosotros todos son destacados, por eso se nos hace difícil decir quién es el más sobresaliente. Pero además son muy amorosos y perceptivos, interviene la señora Ruelas. Esa sensibilidad también la emplean para alejarde quienes los discriminan o marginan.
El entusiasta grupo de padres de familia encabezado por Eustolia Carrillo Torres, presidenta de Fundación Down de Nayarit,; Rosaura Ruelas Nuño, presidenta de la mesa directiva del ballet floklórico; María Rosario Gutiérrez, tesorera del ballet y Rosario Rosales, bicepresidenta del ballet, se lanzan a una aventura, con una campaña de difusión llamado “ángeles bailando” con el que piensan recolectar recursos para su organización, las nuevas instalaciones y abrir un grupo más del ballet.
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