POR CÉSAR DELGADO MARTÍNEZ.
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El IV Festival Nacional de Teatro en Santiago Ixcuintla, dirigido por Luis A. Bravo sigue provocando sorpresas. Unas buenas y otras no tanto. El Cedram (Centro Dramático de Michoacán), dirigido artísticamente por Mauricio Pimentel es el as en el acto festivalero.
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En Boca de Camichín y Villa Hidalgo se presentó “Juanete y Picadillo” de Miguel de Cervantes Saavedra, versión de Hugo Salcedo. Las protagonistas en los papeles masculinos: Quy Lan Lachino y Asur Zágada, una vez más demostraron su calidad actoral. Dos actrices de primera línea.
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Emmanuel Varela, Naolli Equiarte y Bárbara Pohlenz, no se quedan atrás. Cada uno (una) en su rol, interpretan su(s) personaje(s) con acierto y profundidad. Mención especial merece Rafael Covarrubias (quien en: Repollo, el marido que le pega a su mujer y el Alcalde) hace alarde de la bien ganada experiencia en la tablas y a la entrega con pasión en lo que interpreta con aplomo y seriedad (aunque los personajes sean fársicos). Mago del escenario.
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¿Pastel de zarzamora o pastelazo?
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El grupo de la licenciatura en teatro de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) participó en el FestIxcuintla con “Pastel de zarzamora” del inolvidable Jesús González Dávila y “Circulo vicioso”. En ambas puestas en escena imperó el acartonamiento y lo estereotipado. La dirección es fallida; lo personajes son fingidos, lo que provoca que no se les crea nada. Lo presentado es plano, lo que provoca el aburrimiento.
A ambas funciones asistieron alumnos de la Escuela Preparatoria Número 2 de la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN). Lo que habla bien de su directora, Rosa María Narváez, quien permite que los estudiantes puedan tener contacto con las manifestaciones artísticas como un estímulo a una formación donde además de la ciencia y la tecnología, esté presente el arte.
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Aplausos (muchos aplausos) y lluvia (mucha lluvia)
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La tarde-noche del FestIxcuintla fue sorprendente. En la función del grupo Los Caminantes de Toluca, Estado de México que ofreció a los espectadores “Las visitas” de Alejandro Aura, que duró dos horas, el público al terminar se puso de pie y aplaudió con entusiasmo.
Mientras tanto la lluvia inundó a Santiago Ixcuintla, el teatro-móvil El Rocinante se vio afectado por tanta agua. ¡Un gran susto se llevaron los miembros de esta agrupación artística! Pero, afortunadamente, El Rocinante sigue vivo. Y continuará llevando teatro a todas esas pequeñas poblaciones de Michoacán y de otros estados, donde la gente no ha tenido contacto con el arte de Talía.
csardelgado@yahoo.com.mx
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