La maestra Bianka Lins representó a la comunidad LGBT en el día 8 del Relevo de la Antorcha Olímpica
‘Lo importante es que las personas se amen’, dijo una relevista transexual
“Si los Juegos Olímpicos representan la unidad entre los pueblos, no hay nada más justo que un transexual portando la antorcha”. Es lo que dijo Bianka Lins, que se convirtió en mujer a los 18 años, después de llevar el martes (10 de mayo) la Antorcha Olímpica Rio 2016 en el pequeño pueblo brasileño de Curvelo.
Además de llevar el espíritu de los Juegos a más de 300 localidades en todo Brasil, el relevo de la antorcha también busca promover los valores Olímpicos de inclusión y tolerancia. Lins, una maestra de escuela secundaria con ahora 26 años, dijo: “Por sobre todo, la educación es la mejor herramienta para transformar al mundo”.
Lins estuvo acompañada de su joven amiga Pereira da Silva (arriba), que la motivó a aplicar para ser relevista. “Le debo mucho a Rayra”, destacó Lins, que dejó atrás su vida como Bernardo Rosa hace ocho años. “Siempre fui una persona tímida y ella me ayudó a cambiar. Lo importante es que las personas se amen”, resaltó. Carlos Tufvesson, que dirige la unidad de diversidad en la alcaldía de Río, dijo que la participación de Lins demostró el compromiso por el respeto y la tolerancia. “Los Juegos fueron creados para unir a la gente a través del deporte, por lo que incluir a las personas LGBT es muy importante”, explicó en referencia a la comunidad lesbiana, gay, bisexual y transgénero. “Es hermoso que Rio 2016 se haya sumado a esta misión”, subrayó.
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