Como en todas las ciudades, en la nuestra hay personajes que forman parte de nuestro breviario cultural, por estar presentes siempre y destacar constantemente, en los 20 del siglo pasado con la extrovertida Concha Moños, o en los años 70 y 80 del siglo pasado con el jericallero andante; y en recientes años Lenin, un destacado socialista, que vive su años de plenitud a la sombra del Congreso del Estado.
Es así como las ferias del occidente del país tiene un personaje, que si de paso, llama la atención se le puede ver por los espectáculos, los pasillos y pabellones, El Chicharron, El Bais, El Bonaice, muchos apodos, pero finalmente ya es parte de cada fiesta regional y popular.
Se mantiene de los botes que vende después de cada baile y de pedir su cooperación en una bolsa de plástico. Más reconocido por los artistas, que se lo encuentran en una y otra plaza.
En el 2019 en Nayarit no fue la excepción y el Chicharrón regresó con todas las ganas, se le pudo ver en diferentes espectáculos, inclusive organizadores de la feria se tomaron la foto, y comentaron que era parte del inventario de la misma.
Sin embargo días más tarde, me lo encontré afuera de la feria, por el lado de los condominios, y resulta que ya no lo dejaban pasar, y me pidió que lo ayudará y por supuesto accedí, mi sorpresa fue muy grande, cuando los guardias le dicen, que ya le advirtieron que no volviera y el corrió, tan lejos que lo deje de ver. Los policías me dijeron que no metiera y que era ordenes del patronato de la feria.
Mi razonamiento no entendió ya, supuesta mente está feria era más incluyente, la alegría de la feria, los locatarios, los que visitamos, dejamos de ver la presencia del Chicharrón, que esperemos que el próximo año lo podamos saludar y se le deje hacer su labor, y que nos brinde como siempre alguna de sus sonrisas.
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