Por César Delgado Martínez Publicada 22 Agosto, 2011
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Me escribió el maestro Javier Ayala, para decirme: “Tu información como siempre está muy interesante y completa, sólo te señalo que hace algunos años (entre 6 y 8)ya se presentó la ópera ¨Bastian y Bastiana¨ de Mozart, una ópera pequeña pero significativa. Se ofreció al público completa en el Teatro del Pueblo Alí Chumacero, dirigida en ese momento por el maestro Sergio Ramírez Cárdenas, con orquesta en vivo formada por músicos de la (Sinfónica) Carlos Chávez”.
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Le agradezco al maestro Ayala, que se tome la molestia de escribirme, para señalar que la ópera “Matilde” del compositor potosino Julián Carrillo (1875-1965), no será la primera pieza operística que se presente en Nayarit; sino la segunda.
Madama Butterfly, Nervo, Encarnación y dos caballeros más
Una noche llena de romanticismo. Una noche en que las voces y el sonido del piano se esparcieron por el Teatro del Pueblo Alí Chumacero. Una noche donde la poesía de Amado Nervo estuvo presente, fue el concierto que en 2005 ofrecieron dentro del FestiNervo, la mezzosoprano Encarnación Vázquez, el tenor José Luis Ordóñez y el pianista James Demster.
¡Ni más ni menos! Esas tres grandes figuras en un concierto para diez personas. Todos del Taller de periodismo cultural y crítica de danza que coordina el autor de esta columna. ¿Y los estudiantes de música? ¡Ni se enteraron! ¿Y sus maestros? ¡En las nubes! Con decirles que el coordinador del FestiNervo de ese entonces no sabía quién era Encarnación Vázquez. ¡Un regalo! ¡Tanto tiempo admirándola! ¡Queriéndola conocer! ¡Tenerla frente a frente!
En el programa radiofónico “Cultura en el camino” de la XEUX, Vázquez invitó a las autoridades culturales para que organizaran una ópera en el Teatro del Pueblo Alí Chumacero. La Diva sugirió que fuera “Madama Butterfly” de Giacomo Puccini, que no es demasiado complicado su montaje, como el de otras óperas.
¡Estuve de acuerdo! Cuando lo dijo. Inmediatamente me trasladé al foro del Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México. Cuando sentado en la primera fila de lo que se le dice luneta, disfruté esa ópera, precisamente con esa Diva. ¡Ahí se acrecentó mi admiración por ella!
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Las autoridades culturales ni se enteraron…
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Carmen siempre Carmen
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América Hernández, cuando era directora del CECAN, para la inauguración del II FestiNervo se le metió en la cabeza que se hiciera con “Carmen” de Georges Bizet en la Plaza de Don Antonio.
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Me imagino que en su interior flotaba la idea de ver en medio de caballos y jinetes. A Carmen, la seductora. La sensual. Al apuesto torero Escamillo de Granada, la tierra de Federico García Lorca. A Don José. A Micaela. Y a todos los personajes.
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Hernández pidió presupuestos. Habló con directores de orquesta. Con funcionarios culturales de la Ciudad de México. Con posibles patrocinadores. Pero no había plata que alcanzara. Ni siquiera con todo el dinero que se utilizaba para el FestiNervo.
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No hubo Carmen…
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Ahora sí hay ópera
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Cuenta la maestra Guillermina Bravo, divertida, que en una ocasión le ofrecieron en París un gran banquete al ilustre maestro Julián Carrillo. Al final. Uno de los que agasajaron a tan distinguido personaje. Le preguntó: “¿Maestro qué le pareció esta suculenta cena?” A lo que el compositor respondió: “¡Sólo faltaron las tunas de Ahualulco! (El pueblo en que nació en el estado de San Luis Potosí).
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Julián Carrillo, -como esos genios que nacen en los pueblos, donde nadie espera que pueda existir un habitante que logre rebasar las fronteras del país- fue el último hijo de los 19 que tuvo el matrimonio de don Nabor Carrillo y doña Antonia Trujillo.
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Desde muy pequeño demostró sus dotes musicales. Después de haber estudiado en el Conservatorio Nacional de Música de la Ciudad de México. El dictador Porfirio Díaz lo becó para que fuera a seguir estudiando al Real Conservatorio de Leipzig, Alemania. Realizó una carrera brillante como compositor, intérprete, maestro y director de orquesta. Descubrió el sonido 13. Sólo compuso dos óperas.
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Una de ellas “Matilde” o “México 1810” como se le llamó al principio, se iba a estrenar –por encargo de Porfirio Díaz- en las Fiestas del Centenario de la Iniciación de la Independencia de México. Cuestión que no se pudo realizar. La obra permaneció inédita. Hasta el año pasado que se estrenó en el Teatro de la Paz, el “Coloso de Villerías” de San Luis Potosí.
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Ahora, los nayaritas, tendremos la oportunidad de poder presenciar “Matilde” dentro del FestiNervo. Un acierto –sin duda alguna- del CECAN y de su director Sergio Eugenio García Pérez, y por supuesto del coordinador del acto festivalero: Rogeiro González. ¡Una muestra de que la promoción en el estado debe estar abierta a otras expresiones culturales! Es atinado impulsar a los artistas locales, pero también es saludable, poder contar con manifestaciones del arte de primera línea. ¡Así todos salimos ganando!
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