En Riviera Nayarit el lujo es
nuestra naturaleza, que atrae a centenares de Ballenas Jorobadas a lo largo de
los 307 kilómetros de costa cada año. La migración que emprenden para alejarse
de los gélidos mares de Alaska las hace nadar hasta las tibias aguas de Bahía
de Banderas, donde procrean y crían a sus ballenatos, que aún no cuentan con la
cantidad de grasa corporal para aislarse del frío en el Pacífico Norte. Es por
eso que pasan el verano en nuestra región. Al llegar marzo, los pequeños son lo
suficientemente fuertes para hacer el viaje de regreso.
Mientras las hembras cuidan de los recién nacidos y les enseñan a respirar,
nadar, sumergirse e incluso saltar, en los machos cantan en voces largas y
repetitivas para cortejar a las más jóvenes y emparejarse si es posible.
Algunos tours en barco sumergen un micrófono para poder apreciar estos
encantadores sonidos.
Entre
diciembre y marzo, las ballenas pueden ser vistas a lo largo de toda la Riviera
Nayarit, incluso si se camina en la playa tranquilamente se podrá avistar en
lontananza la erupción de agua que emana de sus espiráculos, un coletazo o
incluso su impresionante salto.
Los
machos intentan impresionar a las hembras con su tamaño lo mismo que con su
habilidad para saltar sacando el cuerpo completamente del agua, hasta caer u
dar un gran chapuzón, una tarea que no es menor si se toma en cuenta que pesan
alrededor de 30 tonelada. Por supuesto, esos saltos son aún más impresionantes
si se realizan a unas cuantas decenas de metros de distancia de un bote, de
entre los muchos que ofrecen el tour de avistamiento de ballenas.
La
Ballena Jorobada es una especie protegida, de forma que las embarcaciones deben
estar certificadas para esta actividad, garantizando que respetarán la
distancia que se debe guardar para su seguridad. Tocarlas o alimentarlas está
prohibido, pero las ballenas son curiosas y a menudo ofrecen un gran
espectáculo para sus extraños espectadores que de inmediato sacan las cámaras
fotográficas.
Un tour de avistamiento
tradicional usualmente toma entre 2 y 4 horas e incluye un desayuno ligero a
bordo de la embarcación. Una vez que se localiza una ballena a la distancia, el
barco se aproxima hasta la distancia: el humano exclama con regocijo y admiración
mientras el agua sale disparada por el espiráculo emitiendo sonidos, mientras
observa a madres y pequeñuelos juguetear incluso sonreír, porque hay una curva
en la boca de estos mamíferos que los hace parecer sonrientes en todo momento.
Cuando el gigante desaparece
bajo el agua comienza el alegre parloteo de los turistas, que se muestran fotos
entre sí y que continua hasta que la siguiente ballena aparece en la distancia
y todo el espectáculo se repite.
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